La Problemática del Agua Embotellada bajo el Sol

Los problemas que puede ocasionar el consumir agua embotellada que estuvo bajo el sol

Tanto el transporte como el almacenamiento de agua embotellada son operaciones que deben realizarse con cuidado. El agua es un producto delicado que se puede alterar si se almacena durante mucho tiempo, especialmente en una botella de plástico y en condiciones ambientales desfavorables como sucede con el agua embotellada bajo el sol. No es por casualidad que en las etiquetas de las botellas de agua mineral siempre se informe sobre una correcta conservación en el ámbito doméstico, donde se recomienda “mantener las botellas lejos de la luz, en un lugar fresco, seco, limpio y sin olores”.

Pero los principales aspectos críticos del ciclo de vida de una botella de agua no se encuentran dentro del hogar sino que deben buscarse en otros lugares, en particular en el transporte desde la planta de embotellado a los puntos de venta. El transporte del agua mineral se realiza en un 80 % por carretera, en camiones que viajan cientos de kilómetros y transportan docenas de palés de botellas en los meses más cálidos bajo un sol abrasador.

Agua embotellada bajo el sol

Una vez que llegan a los puntos de venta, los paquetes de agua mineral a menudo se almacenan en espacios al aire libre de supermercados y puntos de venta en espera de ser colocados. Esto es lo más perjudicial que se puede hacer porque la exposición del agua embotellada a la luz directa y al calor del sol puede empeorar su calidad.

La aparición de olores desagradables, o incluso notar que el agua de casa sabe mal, son indicadores de que el plástico de los envases se ha alterado con la transferencia de moléculas complejas. De hecho, se ha demostrado que a partir del PET, el plástico con el que se fabrican las botellas de agua mineral, en ciertas condiciones pueden desencadenarse fenómenos que facilitan la descomposición del polímero, con una posible transferencia de sustancias tóxicas como el acetaldehído y el formaldehído al agua.

Los envases de vidrio y el sol

Ni siquiera los envases de vidrio, a pesar de ser más protectores e inertes, pueden preservar la calidad del agua en condiciones ambientales hostiles. La luz y el calor también pueden favorecer el desarrollo de algas, sustancias que deberían estar ausentes en el agua mineral pero que en realidad se pueden encontrar cuando el embotellado no se lleva a cabo en condiciones de protección adecuada del entorno. La presencia de algas en el agua es un fenómeno grave porque, además de reflejar fallos críticos en el sistema de envasado, algunas especies pueden dar lugar a metabolitos tóxicos.

Por lo tanto, la exposición del agua embotellada a la luz solar directa puede inducir una alteración de sus características cualitativas, causada principalmente por la transferencia de elementos tóxicos desde el recipiente de plástico, con efectos potencialmente nocivos para la salud.